No son celos, amor, lo que me aqueja
ni es por supuesto afán de posesión:
podríamos decir que es la pasión,
este ardor infinito que no ceja.
Quererte más de lo que el amor deja
y no encontrar descanso ni estación
de reposo a la más bella emoción
no debe confundirse con la queja
de verte en otros ojos reflejada
o volando en tus sueños, loco afán,
tan libre y tan ausente, gaviota
que anhela cuando falto en su morada
los besos que mi boca le darán
en sus alas heridas, nunca rotas.
©Santiago Pérez Merlo
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