No escribo poemas de amor, Amor.
Cuando hablo de tus ojos, de tu boca
no amor, es deseo lo que provoca
el ansia, la llama, el verso, y el ardor.
Cuando escribo tu nombre o si te llamo
por los nombres que invento para ti
-piedra, aire, árbol, cometa, colibrí…-
es tu otro yo, no a ti, lo que reclamo.
En cambio, cuando mis palabras viajan
a cielos imposibles o remotos
y se traba mi lengua y me distraigo
con una oscuridad que me amortaja,
o con tu luz, con mis espejos rotos
es entonces, Amor, cuando amor traigo.
©Santiago Pérez Merlo
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