Tiempos muertos

(Está aquí 

ahora 

y de pronto 

ya no es.)


Una aguja 

del reloj 

avanza, dice que sí y la otra 

se para,

indecisa: al tictac 

no le sigue el golpe seco 

del minuto. Y no hay horas.


Se arrancan los días 

y crecen los meses 

en el almanaque; los años

siguen saltando 

                             sin paracaídas.


¿Dónde están esos minutos

y esos días, esos años

en que la vida

pareció detenerse 

pero no estábamos seguros

de haber muerto?

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