Quise rezar y no quedaban ya
dioses ni cielo
y el infierno del que huir
tampoco me llamaba.
Quise hacerme a la mar
y el océano
se había hecho desierto.
Quise caminar errante
y no quedaban
senderos sin balizar.
Quise escribir un poema
y no encontraba los versos.
Quise volver a soñar
despierto y me dormía,
y entonces no soñaba.
Quise estar solo
y el mundo era una fiesta.
Quise después compañía…
Pero ya te habías ido.