Hay demasiados nombres
de lugares que no son lugares;
de personas que se convirtieron
en partes de nuestro cuerpo,
como un órgano más, una vena,
un tendón, una neurona varada
al final de una sinapsis.
Hay nombres que no definen
lo que nombran, que significan algo
que sólo yo sé: como aquel día
-tan lejano y ayer-,
que inventamos los colores.
Hoy, aquí, libro, cigarro…
Colombia no es un país
y el café no amarga más
por tomarlo sin azúcar.
Un precioso poema,siempre desde la añoranza...
ResponderEliminarMuchas gracias 🤗
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