Ya sé quién soy, lo veo
cada día.
No he cambiado tanto en este año
que decís que pasó.
Sigo esperando
aviones que no migran en invierno,
aves que dejaron de volar,
estrellas que no hablan.
Sigo mirando al cielo a pesar
de no creer en milagros.
Nada cambia porque el año
es solo una cifra en el calendario.
El tiempo que cuenta,
el que se desliza inmisericorde,
se mide en unidades más pequeñas.
Y entonces nada, nadie cambia.
O quizá sí, quizá todo cambie
a tal velocidad que ni lo percibimos.
Y volvemos al punto de partida
para que todo siga igual.
Un año.
Y otro año.
Y otro.
Mientras siguen sin pasar los minutos.
Cada año es una muesca en el corazón,que nos vuelve a enfrentar a lo desconocido... Cada año pasa el tiempo hilando los días como una rueca...Y siempre esperando...
ResponderEliminar¿Usted cree que es "desconocido"? Yo creo más bien que nada cambia demasiado... el mismo hilo de distinto color... como mucho.
EliminarMire en torno suyo...y mire hacia su interior...¡todo cambia! aunque sea de forma silenciosa...!
ResponderEliminarMi interior es el mismo que conocí,cuando supe que tenía "un interior"...Mi trabajo me ha costado mantenerlo intacto....
ResponderEliminarMe van a volver loco con tanto anonimato… suerte tienen de que las conozca, “bacalaos” 🙊😉😊
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