Ya que estás aquí, ya
que te vuelvo a ver
en la ciudad que arde…
¿Por qué no te quedas?
Pasa, no se está mal así,
en la oscuridad
y junto a la ventana;
corre algo de aire.
¿Por qué no dices nada?
No me creo
que te hayas quedado
sin historias que contarme.
¿Quieres al menos escuchar la mía?
¿No quieres tampoco que te abrace?
No, descuida, por supuesto
que no me dolería,
¿cómo me ibas a quemar?
que te vuelvo a ver
en la ciudad que arde…
¿Por qué no te quedas?
Pasa, no se está mal así,
en la oscuridad
y junto a la ventana;
corre algo de aire.
¿Por qué no dices nada?
No me creo
que te hayas quedado
sin historias que contarme.
¿Quieres al menos escuchar la mía?
¿No quieres tampoco que te abrace?
No, descuida, por supuesto
que no me dolería,
¿cómo me ibas a quemar?
…
Ya veo.
Está bien, no pasa nada.
Claro que entiendo tus motivos:
no nacieron las estrellas
para abandonar el cielo.
Está bien, no pasa nada.
Claro que entiendo tus motivos:
no nacieron las estrellas
para abandonar el cielo.
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