"Hoy tengo que hacer muchas cosas:
hay que matar la memoria,
hay que petrificar el alma,
hay que aprender de nuevo a vivir".
(Anna Ajmátova)
Lo sé, también yo estuve allí: no el primero, ni el último (muchos me precedieron y hay quienes volverán), pero también estuve. Y ya no, nunca más. No volváis a buscarme en ningún bosque, en ninguna playa de ninguna isla. Nada de Ítacas ni de País de Nunca Jamás; ni de laberintos. Adiós cavernas, adiós pozos y ríos y sus puentes y los versos y… Adiós.
No tratéis de preguntar a los astros, al viento o al fuego del hogar; no molestéis a los niños que juegan en la arena. Olvidad lo que dije, olvidaos de quien fui y de cómo escribía. Aún no sé si he muerto o si he renacido. Pero nunca más la vida que viví en otra vida; nunca… O quizá siempre. Es lo malo que tienen las palabras rotundas.
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