Qué lástima del pez en la pecera,
qué pena del pez muerto
en la orilla,
qué dolor de la red
oprimiendo las branquias.
Qué vacío mirar
con ojos de pez peces
si no sabemos nadar.
Cuánto olvido
de océano,
de mar,
de río,
de riachuelo…
de verdaderas aguas.
El alma e llena de río que ríe cuando lo miro.Es tan feliz que ríe.. que reímos..
ResponderEliminarPrecioso su poema Sr.Merlo.Gracias.
Precioso su río y preciosa usted, Sra Diez. 🐟🐠
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