Aunque ya lo sabes, duele.
Aunque tengas -ya lo dijiste, pesado-
un “digno tono de racionalista”,
duele.
Aunque sepas que los sueños
no se cumplen y por eso
los llamamos sueños, duele.
Aunque no eres adivino,
pero tienes
un pequeño puñado de intuiciones,
anticiparse duele.
Aunque creas que la vida
no se va a acabar mañana
-y das gracias-, duele
saber que cada día es
un tiempo que no vuelve.
Aunque oyes las palabras
que quieres oír
(y las que no) y ves
lo que quieres ponerte ante los ojos;
la realidad duele.
Aunque, a pesar de todo,
disfrutas del dolor,
el dolor, lógicamente, duele.
Aunque tengas -ya lo dijiste, pesado-
un “digno tono de racionalista”,
duele.
Aunque sepas que los sueños
no se cumplen y por eso
los llamamos sueños, duele.
Aunque no eres adivino,
pero tienes
un pequeño puñado de intuiciones,
anticiparse duele.
Aunque creas que la vida
no se va a acabar mañana
-y das gracias-, duele
saber que cada día es
un tiempo que no vuelve.
Aunque oyes las palabras
que quieres oír
(y las que no) y ves
lo que quieres ponerte ante los ojos;
la realidad duele.
Aunque, a pesar de todo,
disfrutas del dolor,
el dolor, lógicamente, duele.
No sentir el dolor
dolería infinitamente más.
https://youtu.be/RaNr43IjFqU
ResponderEliminarEl dolor es consubstancial a la vida misma. También la alegría y la felicidad. Un bello poema, tan real que al leerlo "duele". ����������
ResponderEliminarMe “alegro”: inequívoca señal de que estamos vivos.
EliminarSi no existiera el dolor...puede que no valorariamos tanto la felicidad...
ResponderEliminarEs muy posible 😊
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