Sueña

La diferencia entre tocar 
uno sólo de tus rizos 
y no hacerlo
no está en la distancia, 
ni siquiera en el tacto.

La diferencia está 
en que tú me sueñes
como yo te sueño. 

Canto

Canto a lo que me rodea,

a lo que toco.

No le canto a las aves 

porque ya ellas cantan.

Y vuelan.

No le canto a las olas 

mar adentro:

canto a las que acarician nuestros pies. 

Canto al árbol y al bosque

cuando paseo por él,

no cuando me lo invento. 

Canto -menos de lo que debería-

a la miseria de los hombres:

no a la miseria humana. 

Canto al amor que tengo,

que deposito en ti,

el amor que me acompaña:

no conozco más amor.


Canto en silencio 

lo que tendría que gritar

y canto a viva voz

lo que habría de callarme.