No me deis lecciones de dolor.
De desamor, tampoco;
de preocupaciones, menos.
No juzgo, no dudo
de vuestros dolores, de vuestro desamor,
de vuestras miserias cotidianas.
Pero no admito que nadie
a quien no le quepan
se meta en mis zapatos.
Yo procuro no meterme en los de nadie
donde no entren mis pies.
¿Soberbia? Puede ser.
¿Orgullo? Tal vez también.
¿Empatía? Toda de la que soy capaz.
Pero nada, nadie, nunca
va a decidir por mí
quién soy yo:
otro lobo estepario
u otro bicho metamorfoseado.
Pero ese es mi problema.
El primer derecho fundamental e inalienable de cualquier ser humano es el derecho a ser él mismo.... Preciso poema, Santiago!!! 👏 👏 👏 🌼🌼🌼
ResponderEliminarNo sé si querías decir "preciso" o "precioso"... pero gracias en ambos casos.
ResponderEliminarPrecioso... Aunque tb es "preciso"..😜🌼🌼
ResponderEliminar😉😘
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