Otro cuento

Una vez, conocí a un poeta
que se preciaba de serlo.
Y cuanto más se preciaba,
menos poeta era.
Y conocí a dos poetisas
(aunque sea palabra maldita)
que siempre negaron serlo.
Y cuanto más se negaban,
más poetisas (o poetas) eran.

Una vez, conocí a un gato 
(Ícaro, se llamaba)
que se creía tigre y cazaba mariposas.
Y conocí a un perro 
(Cholo era su nombre)
que se creía lobo y aullaba 
siempre al alba y al resto de animales.

Y una vez vi en el espejo
a un fantasma 
que se creía un hombre. 

4 comentarios:

  1. Sr Merlo...nada miente más,para bien o para mal,que el espejo...Tire ese en núnca jamás..y salga de alli volando... y que Camponilla le ayude.🌹🌹

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    1. Lamento discrepar, Sra Diez: el espejo no miente... mienten los ojos que lo miran algunas veces. Y me haga el favor de avisar a Campanilla si la ve, que a mí me da comunicando 😂😂😂

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  2. Cuando Campanilla no vuela...vuele vos SrMerlo...🌹🌹

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  3. Eso intento, Sra Diez, pero se ve que soy más árbol que ave... 😉😘💜

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