No sueño con volar
como las aves o las mariposas:
yo simplemente sueño
que estoy en un avión.
No siempre sé leer
los espacios que quedan
entre las palabras.
No adivino jamás
las formas, los secretos que ocultan
las pinturas abstractas.
No imagino ni un cuerpo,
ni una cara, unas manos,
una espalda que no sea la tuya
cuando bailas casi a solas.
Pero puedo volar. Y soñar.
Sé leer sobre todo en los ojos.
Adivino algunas cosas e imagino.
Y puedo acariciar.