Impotencia del ciego
a quien tratan de explicarle los colores.
Impotencia del sordo
ante una cantata de Bach
o un simple te quiero susurrado al oído
(donde no alcanza a leer los labios).
Impotencia del niño burbuja
ante algo parecido a una caricia
que no siente
del todo.
Impotencia de quien sufre anosmia
ante una flor, un cuello,
un sexo amado.
Impotencia de no saborear
-“ageusia”, lo llaman-
los labios que te besan.
Impotencia del mudo tratando de gritar
(rostro desencajado, venas
a punto de estallar...
Y ni un sólo sonido).
🌷🌷🌷🌷
ResponderEliminarLa mayor impotencia..es cuando la palabra no alcanza a expresar un pensamiento...!Cosa que a vos,no os ocurre,por suerte.🌷
ResponderEliminarLa palabra casi nunca alcanza. Yo sólo intento aproximarme... llegar es otra cosa.
EliminarY muchas gracias, querida Amelia 😘😘😘