Qué pena de leones amaestrados.
Qué lástima de focas enjauladas.
Qué triste la existencia del jefe de pista
y del payaso listo,
y la del domador de focas y leones.
Qué pobreza de luces macilentas
y de sogas gastadas sosteniendo
la carpa desteñida...
Pena de carromatos de hace siglos
que quieren disfrazar con purpurina
la miseria de siempre,
antigua como el hombre.
Pobre acróbata con red
que no mira a los ojos de la muerte
ni a sí mismo.
Triste espectáculo para el niño triste
que intenta sonreír.
🌷🌷🌷🌷
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