Quizá velamos nuestros propios sueños
(o nuestras pesadillas)
mientras pensamos velar
a los que más amamos.
Quizá su luz
encendida
es la que yo preciso
para no afrontar mi oscuridad.
Tal vez la luna
no brille para ellos
sino para mi licantropía:
mi miedo de lobo
a no ser ya capaz
de defender la manada.
Tal vez sentir
y sentirnos cercanos
hasta en la lejanía
sea lo que se imponga
a lo que debería ser
siempre el más puro de los sentimientos.
🌷🌷🌷🌷
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