Como en uno de esos sueños:
corres, corres, corres...
No sabes en pos de qué
o si huyendo de qué especie de fantasma.
Tú sólo corres, corres.
Y no llegas.
O te alcanzan.
Y despiertas empapado en sudor.
Y no sabes si has ganado
o si te has muerto.
Tal vez puedas volver a dormir.
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