Equivoqué el sendero,
seguí al zorro sin verme
en el espejo y sin saber
que yo era gallina
y que ese camino
tenía ya los dientes afilados.
Retrocedí por suerte en un descuido
y encontré este escondite.
Las raposas aún ríen ahí afuera
esperando que salga.
Se morirán de hambre antes que yo.
Si algo sobra en el mundo son gusanos.
Las raposo no pueden meterno bajo la tierra del olvido...no pueden !!🌷
ResponderEliminarNo... no pueden... pero lo intentan.
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