Igual que vuestro mundo no es mi mundo.
Vuestra vida no es lo que yo llamo vida.
Vuestro interés no es lo que a mí interesa.
Vuestra piel, vuestros aullidos, vuestras garras...
No son mis manos ni mi voz ni mis caricias.
Apurad vuestras copas, haced brindis al sol
y a la luna si os place.
Yo hace muchos años que no brindo.
Y no despego los pies de este suelo
porque en él he clavado mis raíces.
Aunque árida a veces, la tierra me sustenta.
Seca, doliente de dolores que duelen como sólo
duelen los pies descalzos sobre tierra quebrada.
Pero, también, con tu agua que absorbo.
Y me da vida.
Aunque, cegados del supuesto sol,
no podáis ver mis ramas.
©Santiago Pérez Merlo
ResponderEliminarLa vida está llena de ramas.
La posibilidad es un búho
posado sobre una rama.
No en cualquier rama
se posan:
han de ser especiales,
robustas y flexibles a un tiempo.
Que los cobijen
y los alienten
a volar.
Bonito poema Santiago. Su lectura y «relectura» me ha conmovido y me ha inquietado. Es impresionante que ningun poema tuyo ne deje indeferente...Muchos, muchos aplausos!!!
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