ante las injusticias,
ante los muertos de hambre...
ante los muertos.
No taponar los tímpanos
para no oír los gritos
de quienes tienen tanto que gritar.
Dejar salir la sangre libremente
cuando quiera escapar de mis venas
oscuras.
No dejar que me obstruyan la nariz
ni ante la peste ni ante el falso aroma
del mundo que se pudre.
No guarecer las manos tras los guantes
que no dejan tocar
la rosa por el miedo a las espinas.
No tapar las heridas
para dejar que el sol las cicatrice.
©Santiago Pérez Merlo
Precioso poema Santiago!!!Lleno dede sensibilidad. Denuncia tantas cosas...Aplausos, aplausos, aplausos
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