Se supone que la vida es eso:
aprender a renunciar, entender
que no siempre se puede tener todo.
Que unas veces, sí.
Y otras muchas, no.
Que algunas cosas, siempre.
Y otras, nunca.
Y otras, la mayoría, “quizas”,
“quién sabe”, “algún día”...
Y, entretanto, disfrutar
de lo poco o de lo mucho
que sí se va teniendo
y que sólo se mide
en función de la mirada que apliquemos.
Tal vez lo malo sea precisamente
mi estrabismo
que ve todo lo alegre
y lo triste a la vez.
Y lo mismo me regala
amargas felicidades
que alegrías tan tristes.
©Santiago Pérez Merlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario