Era todo mentira.
Incluso
la verdad era
mentira.
La mentira es la
única verdad.
Y yo intruso,
advenedizo
y diletante descubrí
que no hay nunca
jamás tampoco
una sola mentira
pues tantas caras
tiene como la
verdad.
No, no es un
retruécano, no es
un juego de palabras
sin sentido
ni son dos caras de
la misma moneda.
Es una realidad tan
evidente
que da miedo.
©Santiago Pérez Merlo
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