Decir sin decir nada: ocultar al silencio
con bonitas palabras
que no añaden pero adornan
sin llegar a hacer ruido,
sin dañar como hacen
a menudo las palabras...
Pero sin provocar tampoco
un ligero temblor
o una sacudida.
Sólo eso: maquillar lo callado,
el miedo al grito,
al desgarro del alma que suena como un trueno
en medio de la noche y sobresalta.
Si eso es lo que llamáis poesía,
yo prefiero callar.
Y que el silencio sea mi poema.
©Santiago Pérez Merlo
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