Como en el viejo sueño recurrente
de caer
y despertarse
en pleno descenso.
Pero yo no me puedo elevar,
no puedo desasirme
de la tierra y volar alto.
Apenas un saltito
como el niño que afronta un escalón
como un abismo
ante el fingido asombro del adulto.
Tal vez la dicha sea no volar
sino observar las aves
como observo las estrellas
y nunca deseé ser astronauta.
Tal vez mi sueño
no es más que un engaño.
Y, además, estoy despierto.
©Santiago Pérez Merlo
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