a la indiferencia de quien ha visto
demasiados motivos para odiar
y prefirió mirar para otro lado.
Llamáis rencor a la memoria y sueño
a vuestras más oscuras pesadillas.
Y llamáis pesadilla a los sueños que no os gustan.
Llamáis lujuria y gula
al deseo y al hambre
e invocáis el silencio haciendo ruido.
Está bien. Es vuestro idioma
de mentira y chillido de hiena.
También las hienas tienen derecho a la risa.
Pero no mancilléis el nombre del amor:
no sabéis lo que es eso.
©Santiago Pérez Merlo
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