de la cadena que te ataba a la roca
es un pluma nueva que se añade
a mis quemadas alas de ave negra.
Cada pluma que pierdes
del antiguo plumaje que te impedía volar
es una vuelta menos en la soga
que atenaza mi cuello.
Algún día dos aves nuevas
surcarán a la vez
el mismo cielo inacabable.
©Santiago Pérez Merlo
Precioso poema, Santiago, me encanta.
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