Buceo

No me da miedo tu roca
en mitad del océano
ni me da miedo el mar
por mucho que la azote.
Poco a poco aprendí a no temer
que nades sola y te sumerjas
donde sólo se escucha el silencio.
Pero aún temo cuando en tu zambullida
desciendes
                  y desciendes
                                      y desciendes
tanto
que apenas si llega ya la luz
de la superficie: la luz
de mi mirada 

que te espera arriba.

©Santiago Pérez Merlo

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