Cuando se impone
mirar hacia atrás
para aferrarse a lo
que ya pasó,
a lo que apenas hace
un minuto, una
caricia, un beso,
una mirada que
devuelve la mirada...
Cuando atrás quedan
las pequeñas cosas
que llamamos vida
porque sin ellas no
hay
sangre que fluya ni
palabras que bailen
ni música,
ni poesía,
ni aire:
nada.
Cuando toca mirar
hacia atrás,
es enorme después el
esfuerzo
de mirar hacia
adelante y distinguir
un horizonte.
©Santiago Pérez Merlo
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