Y aquí podría, ahora que lo pienso,
acabar el poema.
Pero iba a decir "animal de costumbres".
Porque no es igual un día al anterior
si no hay un buenos días;
no es igual el café
de las once ni es igual
la espera de la tarde de hoy
si ayer la compartimos.
Por supuesto no es igual
que pasen muchas horas
si no dices o no digo "te quiero".
Y no es igual la noche sin sentir
tu latido.
Y, con todo y con eso,
aún soy más animal
que animal de costumbres...
porque no me acostumbro
a no dormir contigo.
©Santiago Pérez Merlo
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