largas cartas de amor
y las echo al buzón
sin poner destinatario ni remite.
En ocasiones, dirijo mis cartas
a personas reales,
a amigos de la infancia,
a héroes de novela,
a antepasados muertos
a quienes ni siquiera conocí,
novias que nunca tuve...
Pero la mayoría de las veces,
escribo mi propio nombre
en el sobre, meto
un par de hojas en blanco,
las franqueo.
A esas cartas, las llamo poemas.
©Santiago Pérez Merlo
©Santiago Pérez Merlo
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