El desván

¿Dónde han ido los sueños 
que soñamos 
y que no recordamos al día siguiente? 
¿Hay un rincón perdido en el cerebro
en el que se acumulan
accidentes,  caídas, amores imposibles,
poemas que dormidos 
creímos recitar, 
los cuadros que pintamos, las manos 
que nos acariciaron?
Las veces que dijimos 
"no quiero despertarme" y sin embargo 
nada ocurrió después, ¿cómo reconocer
el sueño que no existe
-cómo podría existir lo que no se recuerda-?
Ha de haber un desván para ellos; 
seguramente sucio, ennegrecido,
con todo revuelto y atestado 
de aromas y paisajes imposibles.
Y hay seguro, también, una ventana.

©Santiago Pérez Merlo

1 comentario:

  1. Muy bueno!!!esa ventana del final es un soplo de luz y de esperanza...Me gusta mucho, Santiago...

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