aunque a veces te escondes
incluso dentro de ti misma;
puedo oírte: dices
que soy mejor poeta
cuando me hurgo las heridas,
cuando arranco las costras
del intestino grueso y me escarbo
en el colon, el hígado y absorbo
tuétanos, venas, arterias
y juego al escondite
con los lóbulos temporales
y el ventrículo derecho.
Y tú observas –tranquilo el gesto,
fija la mirada- desde dentro
hacia fuera de mí, esperando
el vómito final, el alarido.
Aún no te has dado cuenta
de que ya no hay dolor, ya
se apagaron y perdieron su función
los órganos internos:
todo está ahora vacío,
hueco envuelto en la cáscara vana
de mi piel,
para que tú me habites.
©Santiago Pérez Merlo
Puffff, que inquietante!!! Y en el último verso se resuelve de forma q transmite calma, como que descansas despues del desasosiego. Muy buen poema!!!Aplausos..
ResponderEliminarVacío...para que tu me hábites...Un referente al amor sin duda..⚘h
ResponderEliminar