"Me voy" -gritó con voz profunda sin moverse del sitio-.
"Me marcharé muy lejos y ya nunca
volveréis a encontrarme".
Pero no se movía.
"Aquí dejo enmarcadas
las fotos de mis antepasados,
un puñado de libros
y mi viejo reloj de cuerda floja".
"Señor sombrerero, cuide de todo ello"
-leve gesto de "éste, y no yo, es el chiflado"-.
Pero todo seguía en su sitio.
"Es tarde ya,
ahora sí me marcho,
que voy a llegar tarde,
tengo prisa".
"Alicia, por favor, indícame el camino,
dime cómo se sale de este espejo
o deja que me mate el primer cazador
que no sepa leer cuentos".
©Santiago Pérez Merlo
Es difícil salir "del espejo"...Alicia tuvo mucha suerte..
ResponderEliminarAlicia nunca consentiria q ningún cazador matase al conejo...muy bonito, Santiago!! Aplausos.
ResponderEliminar