Mantener aún los ojos cerrados,
procurar no moverse,
no hacer ruido y aguzar
el oído para saber si duermes.Sentir
todo el calor que se guardó la noche
entre los cuerpos,
la dulce pesadez que aún flota
a pesar del frío que hace afuera.
Estirar el brazo, muy despacio,
y apena rozar tu hombro;
fijar el objetivo
y dejar después un beso,
justo el beso, en el lugar exacto,
que te hace temblar
y despertarte: ya estás aquí,
conmigo.
©Santiago Pérez Merlo
El encuentro..!
ResponderEliminar