Como uno de esos
niños de Charles Dickens
miras desde el
cristal a la gente que, dentro,
junto a la
chimenea,
con gorros de
papel y serpentinas
parecen disfrutar
la fiesta de una
vida que a ti se te ha negado.
Con la frente
pegada y apartando
de cuando en
cuando el vaho
que se acumula
no querrías mirar
pero no puedes
apartarte de allí
y no comprendes
por qué ellos
están dentro
mientras tú estás
afuera y el frío
se apodera de ti.
©Santiago Pérez Merlo
Bonito poema. Tierno, emotivo...esa alegoría de la ventana a través de la cual se mira la «vida de los otros» es muy sugerente y encierra muchas posibles interpretaciones. Tienes mucho mérito, poeta...
ResponderEliminarEs un poema triste.. .Ver la vida a través de un cristal...posiblemente irrompible.Un poema lleno de sensibilidad.
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