Mil veces caminé este mismo paseo
y mil veces pensé
es distinto cada vez: aquella hoja
es nueva, ese arbusto
no estaba,
aquel mirlo que canta, el gorrión
que acaba de nacer,
no estuvieron aquí antes.
Y a la vuelta del tiempo descubro
que todo era lo mismo
y quien era distinto era yo
cada vez que emprendía el camino.
©Santiago Pérez Merlo
Muy bonito, Santiago!!! La última estrofa es redonda, muy buena, muy poética...
ResponderEliminarNuestra madurez..!!Precioso poema,magnifico
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