El perro no es cazador
y se asoma confiado
a lo que parece inocua
madriguera de conejo.
Pero lo que asoma es una serpiente,
escurridiza, sibilina y recelosa
de criaturas que no sean de su especie.
El perro retrocede,
asustado,
le costará volver a confiar
o a asomarse a casa ajena.
Pero corre feliz, le sobra campo...
© Santiago Pérez Merlo
Muy bonto,Santiago!! Que imágenes mas bonitas despiertan en la mente este poema, tan sencillo y tan emotivo!!! Me encanta
ResponderEliminarAsí se aprende...a conocer y salir huyendo de los engaños..Un poema lleno de sensibilidad,poeta
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