Me gustan los aeropuertos, las estaciones
de tren y de autobús,
los vestíbulos de los hoteles...
Los sitios donde la vida
es más que nunca un viaje, un soplo
de provisionalidad,
un estar en el mundo viniendo de algún sitio,
quizás hacia alguna parte,
pero siempre de paso:
nadie se queda aquí -ni en esta vida-
para siempre.
Y sin embargo se respira un cierto aire
a veces parecido a la felicidad.
©Santiago Pérez Merlo
Muy bueno, Santiago. Que bien describes la vivencia de la estancia en los espacios de viaje...Aplausos aplausos
ResponderEliminarNo..nadie se queda aqui para siempre...pero hay algunas personas que se sobreviven..en sus obras.
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