No te gusta tu
imagen reflejada en el lago
y dejas caer la
piedra y las ondas se la llevan
hasta la otra
orilla
pero sigues
siendo tú
el que se expande
y viaja
cada vez más
difuso
pero tú en el
centro, con el rostro deformado
por la piedra
arrojada
justo en el ojo
izquierdo,
el que duele al
mirarte.
Némesis te ha
castigado a contemplarte así,
difuminado,
hasta que no te
quede
ni una piedra más
para lanzar.
No te gusta esa
imagen de ti que devuelve
el espejo y te
arrojas contra él,
pero no eres
Alicia y lo haces añicos
y la imagen de ti
se multiplica
hasta volverte
loco.
Detrás de ti, en
cada trozo, acecha
la sonrisa felina
de alguien
que tal vez no es un gato.
que tal vez no es un gato.
Preciosas imágenes..!Gracias.
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