Reflejos

No te gusta tu imagen reflejada en el lago
y dejas caer la piedra y las ondas se la llevan
hasta la otra orilla
pero sigues siendo tú
el que se expande y viaja
cada vez más difuso
pero tú en el centro, con el rostro deformado
por la piedra arrojada
justo en el ojo izquierdo,
el que duele al mirarte.
Némesis te ha castigado a contemplarte así,
difuminado,
hasta que no te quede
ni una piedra más para lanzar.

No te gusta esa imagen de ti que devuelve
el espejo y te arrojas contra él,
pero no eres Alicia y lo haces añicos
y la imagen de ti se multiplica
hasta volverte loco.
Detrás de ti, en cada trozo, acecha
la sonrisa felina de alguien
que tal vez no es un gato.

©Santiago Pérez Merlo


"El espejo de las hadas", Brocelandia

1 comentario: