He llegado hasta un pueblo que ya conocía
a pesar de que nunca había estado
aquí, en estas calles
angostas y empinadas y sembradas
de conchas y jalones "Camino De Santiago".
Luego sí era yo quizás aquel que estuvo aquí.
Porque había una ermita, aunque estaba vacía,
y sólo me ha parecido
adivinar saliendo no a una anciana enjuta
sino a una señora mayor, muy elegante,
que ya no sé si reza o mira al cielo
recelosa de que haya otra vida mejor: adora esta.
Y había una mujer
-siempre la hay, lo dije-
pero no tiene un libro de poemas
sino que me susurra
palabras de otro tiempo,
de cuando las palabras aún se susurraban.
Tal vez mañana al despertar
en esta habitación con vigas de madera
abra el balcón y piense:
ya he vivido este lugar, es hora
de convertirlo en sueño.
©Santiago Pérez Merlo
Parece que tu viaje ha sido inspirador... Me alegro.
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