Veo el brocal y veo
la soga descender
lentamente hacia mí
pero no veo mano
que la sostenga
y no veo tampoco
un cubo en el que refugiarme
y subir y ser agua por fin
que alguien beba o que use
para lavarse o la eche sin más
sobre el terrado
y refresque la tarde.
Sólo mojo un instante la maroma
que se vuelve a alejar.
Arriba, alrededor del pozo,
juguetea una niña.
©Santiago Pérez Merlo
Poema muy bueno, inquietante...
ResponderEliminar