Complementarios

No te muevas. No te sientes. No
te tumbes. Permanece
así, de pie. Los brazos
extendidos a lo largo del cuerpo
y la cabeza
alta, si es que el pudor no te lo impide.

No me mires si no quieres
o mira al infinito,
o cierra los ojos
y deja que contemple
también la curva suave
del párpado cerrado.
No dejes que me acerque
demasiado, no a la distancia
del beso,
de la caricia en la que empiezan
a borrarse los contornos.
Quiero tu desnudez
de estatua, perfilar
con dedos como brochas
pequeñas de escultor, eliminando
las invisibles motas
que cubran cada pliegue,
cada poro
como en esos museos para ciegos
donde el arte se siente y se percibe
sólo a través del tacto.

Aunque yo sí te veo,
te miro como si fuera un espejo
en el que te contemplas y en el que
tu cuerpo y mi reflejo se confundan
y mi cuerpo se hiciera una imagen de ti:
seres complementarios
a quienes no separa 
el cristal azogado del tiempo o del espacio.

©Santiago Pérez Merlo

1 comentario:

  1. Muy bonito. Realmente esta musa te inspira poemas muy bellos...

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