Sólo me oigo en silencio -no tanto algunas veces:
blanquinegros vencejos y urracas me acompañan-
y escribo en voz muy alta, aunque nadie me escuche.
A veces martillean, las palabras, o resuenan de otros
las vidas que quizá haya ido viviendo.
No soy un ingeniero del verso ni un obrero
y no siempre distingo las voces de los ecos.
Y no siempre persigo -ni huyo, ya lo veis-
la rima ni acumulo figuras literarias.
Escribo. Y eso basta.
Tampoco que me leyerais era obligatorio.
©Santiago Pérez Merlo
©Santiago Pérez Merlo
No es obligatorio,pero es un placer leerte.Aunque lleve tiempo sin comentarte es por falta de tiempo pero te leo a diario...
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