El poeta que fue

Lo estuve, no os riáis:
yo estuve tocado 
por la inspiración
y escribía poemas
automáticamente,
a la misma velocidad
que respiraba 
-trece o catorce versos por minuto-.
Algunos os gustaban,
recordadlo, 
no os riáis de mí ahora.

Luego, la inspiración 
también me echó de casa.

©Santiago Pérez Merlo

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