La primera persona del plural es siempre una entelequia.
Nosotros, la pareja gastada, tan sólo somos hoy
dos yoes alejados de dos yoes de ayer que intentaron unirse.
Nosotros, la familia -padre e hija-, monoparental
sólo somos dos flechas arrojadas
en sentidos opuestos al abismo del tiempo.
Nosotros, los vecinos del bloque,
del barrio, de la ciudad,
del mundo
nos igualamos sólo en cuanto especie humana,
sin compartir apenas unas cuantas cadenas de adn
por encima de las que compartimos con los cerdos.
Nosotros, los poetas, en grupo o en generación o de uno en
uno
sólo somos la suma de muchísimos egos desbocados.
Estupendo!
ResponderEliminarExcelente, Santiago!!!Muyyyyy bueno. Que figuras tan poéticas!!!Aplausos,aplausos....
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