Navegando (o Poesía, hoy)

Si me quedo en la orilla, no muy lejos
de la playa abarrotada,
todos contemplarán
la belleza simple de mi casco.
Admirarán sin duda cierto gusto
en el barniz de mi madera,
cierto cuidado en la disposición
de banderas y aparejos.
Si además hago algunos malabares
(despliego y arrío
mis velas de colores:
siempre las mismas,
pero hábilmente combinadas)
el triunfo está servido.
Que es mi barco mi tesoro
y yo soy el capitán;
y vengan salvas y alardes
y farolillos al viento.
  
Si por el contrario, me alejo de la orilla
y pongo rumbo hacia lo más profundo,
hacia lo desconocido
sin saber
     qué orilla encontraré
o si ha de llevarme a pique
un símil embravecido,
una mala tempestad
en forma de simbolismo
oscuro y abisal,
es probable que me vea perdido y solo,
a la deriva.
Pero todo será azul
(y hermoso)
alrededor.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. Precioso,Santiago. Qué imágenes tan bonitas emiten estos versos!!.Con sabor agridulce, pero muy poéticos. Aplausos, aplausos...

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  2. Muchos poemas he leído sobre lo que tras tu metáfora en éste creo entender...pero como siempre tu..de los mejores. Es muy bueno...y creo que sin bandera...así es mejor. Un abrazo...la poesía a veces está y no se acerca a la orilla...otras yaaaa estaba y salir del fondo no querîa...ains ....Abrazote.

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