(de reloj)
para leer un libro (entero)
de poesía.
Cerrarlo y comprobar
que no ha quedado
nada:
ni un estremecimiento,
ni una idea
o siquiera una emoción,
ni un triste relámpago
que te haya iluminado
(mucho menos un trueno
que te haya sacudido)…
Nada.
Una bonita
portada de colores
con buenas cifras de ventas
y no sé cuántos premios.
©Santiago Pérez Merlo
Pues eso no pasa con tus poemas. Todos emocionan, todos hacen pensar, todos dejan poso...Ya te llegará el momento de cosechar premios y ventas de libros, seguro!!!
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