Tarde de domingo

Te he esperado
como se espera la lluvia
una tarde de domingo:
despreocupadamente, miro
por la ventana entre café y café,
entre algunos poemas
y muchos cigarrillos aburridos.
Quizá vengas mañana
y sea tarde,
quizás mañana ya,
con las obligaciones
cotidianas,
me olvide de esperarte.
O quizá llueva,
mañana.

Hoy te estuve esperando.
Casi llueve
antes de caer la noche.
Era la tarde del domingo.

©Santiago Pérez Merlo

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