Camina por la
acera y sueña
arrastrando los
pies
que lleva de la
brida a su propio Rocinante
y que le sigue,
fiel, un escudero
que lleva de la albarda
a su propio jumento.
Sueña con ser no
un caballero andante
sino el loco
emulador del loco que soñaba
que lo era. Piensa,
en realidad,
que querría estar
loco como aquél y no pretende
desfacer los entuertos sino provocallos,
volver al mundo loco,
lector y cómplice
de sus disparatadas
aventuras
y amores
imposibles con alguna aldeana
convertida en
princesa
a quien rendir
honores tras heroicas batallas…
Y llora,
amargamente, su irremediable cordura.
Dibujo de Antonio Saura |
Muy bonito, Santiago. Buen homenaje a D.Quijote y al gran autor D. Miguel de Cervantes.
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